David Reece es
sencillamente genial, muy tranca que Udo
la haga lo que él, pero bueno. Se me ocurre postular a la facultad de
letras de la San Marcos, aunque los cinco añazos que implican me hacen como que
dudar, y sin embargo, cinco años que bien puedo pasar sentado frente al
ordenador diciendo Bolaño, tal libro, Quartz,
Hard to road, Redtube, japaneses, etc. No tendría ninguna excusa en hacerlo a no
ser por la inseguridad del fisco monetario que mis bolsillos siempre deparan
incierto y casi nulo. ¡Y quién tiene
garantizado eso!, me pregunto, niñitos de mami y papi, o simples mojigatos que
la ven normal y siempre la verán como tal
a juzgar por la casa y los desayunos con yogurt, tostadas con queso
Bonlé, jugo de naranja puro, guiso de faisán y crema de leche en el desayuno.
Tengo que intentarlo de todos modos.
Nena, la bici, me apura
a cogerla y montarla en esta tibia media mañana. Correr hacia ella para hacerle
frente a un mercado, luego darle vuelta y emprenderla con el regreso para
guisar algo, comer, hablar un poco sobre Álvaro
Bisama y su Death metal, del que
aún recuerdo a Napalm death y al
muchacho haciéndose pedazos con su mochila ceñida a la espalda. Bueno, debo
partir de inmediato. (Salgo, los minutos
se acumulan como pedazos de horas en el piso, como el agua de goteras impías,
dispuestas a ser lagunas.)
(Vuelvo,
lo tibio se hizo calcinante, hicieron de las suyas los celos, y para variar con
el móvil más viejo, las saliditas al gimnasio, exquisito modo de darse por
amenazado, nada que ver con evidencia alguna, salvo claro, ciertos detalles en
la desproporción de versiones sobre la ubicación del mismo y también el
descenso de la mirada cuando de pronto es apuñalada en al frente la duda por esto o lo otro; en fin, por otra parte en un segundo sonará Budgie, el gran Burke cristiano hoy por hoy y a sus sesenta y seis años, diciendo
Abriendo puertas.)
Recuerdo haber pensado
ayer, no, antier, o fue hace un rato, da igual, el tiempo recuerdo no existe,
existo yo y mi reloj, o el recuerdo y noción de él; recuerdo como decía haber
pensado en mis pensamientos como entidades vivas, es decir, con cola y plumas,
pico y garras, anidando en el resquicio remoto que hay tras mis orejas. Espero
no dar con la certeza de tal hecho, y es que no puedo negar que algunas veces
siento como si un ave rapaz piara por esa zona, claro, yo solo oigo un ligero
chillido, pero estoy seguro que hay paja en ese nido, y ya no son solo huevos y
la madre que vuelve cada anochecer y alimenta con pesadillas mis sueños, y con
gusanos a sus polluelos.
El trabajo, ¿a quién le
gusta?, a mí todavía no -todavía falsas alas que le doy al tiempo-, es decir, los horarios y las jerarquías, el modo diría yo.
Sin embargo ahí está, como la carca que quieras o no se adhiere a la piel por
los buses yendo y viniendo eructando en tu cara. Y faltan solo dos horas para
estar sostenido del pasamanos, en el caldero del clima que se torna dentro del
vehículo(la 96B o la 03), oyendo probablemente algo de Sadus o simplemente más Budgie
del Impeckable, ese glorioso disco donde está el Melt the ice away, rola en la que Burke la hce mismo Shirley
Bassey, -sí, ya sé, peco de snob, pero qué importa, de todos modos esto que
escribo no está en venta, y así fuera, seamos honestos: hay peores cosas que se
venden con total impunidad. Está por ejemplo, y solo por darme cuerda, la
porquería esa de Sergio Galarza, Matacabros, Matasergios, o algo así;
después de saber que el tipo no es más quién fue, o que nunca fue lo que dijo
ser, o hizo creer que era, o que simplemente su ficción supera su realidad; me
dio asco, y eso que no mencionaré lo de la burda copia de La naranja mecánica que parece su huevada. Cómo se hace para ser
tan miserable con el arte escrito. Mentirle a tu propia pasión, de qué demonios
hablamos entonces, si ni con esto, imaginen su vida, sus sentimientos, su
trabajo, su género. Un total cabro. Ya recuerdo, Mataasergio(el cabro),
rezaba el título verdadero de la obra que le dio notoriedad y que ahora Estruendomudo distribuye sin el menor
respeto por headbangers o skinheads victimizados una vez más por la decepción de cuanto rodea nuestro entorno literario.
Lo peor de la tarde es
pensar en la noche, como una estela interminable de espera, de aguante, de
impaciencia, viendo a cada segundo el tiempo detenido en sus siete de la noche
que nunca se hace ocho, ni nueve, menos diez, y once, olvídenlo, imposible. A
todo esto la cara de nerd enculada de la señorita encargada: que haz esto, que no haces
nada, que mejor esto, que anda acá, no estés así, cambia de cara, sonríe al
cliente, las manos así no, desdobla el torso, eso es, así no, ya basta, vete,
fuera de mi vista, informaré esto a la jefa. Como quiera mamacita, me llega al
pincho, cuando entré a esta pocilga, me dije al cabo de dos días, nada me
afectará, nada, me convertí en una entidad casi abstracta que pulula sin norte, puro y profundo sur, sin sensibilidad alguna, ofreciendo libros a la gente, dando precios y apilando
derechitos los montones de inútiles trabajos de escritore(a)s locos, maricas,
suicidas, viciosos y asesinos. Por eso mejor apura ese memorándum que se me
viene el huaico anal, mira que estoy siendo considerado con ustedes y no le
prendo fuego al kiosko, porque si quiero lo hago, yo como tizón, como gasolina
por sangre y huesos, espontánea combustión, yo como antorcha de la devastación pirómana.
(Me
dispongo a echarme un baño frío, y luego comer lentejas –voy a registrarlo
todo, entiendes querido Varguitas, seré fiel a tu modo, jajaja, idiota carente
de imaginación- saco las tabas y las tiro lejos, al fondo profundo de bajo la
cama, a ver si la encuentras patas de satanás o dedos de dios, de cualquier
forma, no te quedan, tú necesitas botas de gótica marica, esas que tienen dos
pezuñas en lugar de lo que nosotros conocemos como empeine, así que ya saben; y
tú, duendecito verde, deja de joder al ratón rojo que te lame el culo solo
porque lo tienes atestado de la mierda que nunca te limpias, ¿tus creencias?,
estás peor que yo con eso, qué tiene que ver al mierda con tu invisibilidad o
tu facilidad para atravesar por rendijas?, ah, ¿todo? Está bien, no me meto
contigo, pero ni pienses en mis zapatillas, te comerán vivo, la otra vez se
comieron con zapatos de charol y todo, a un grillo que vino del norte a pasar
el verano con sus primas las Cuca Rachas, y fíjate que traía bufanda y uan
casaca de alas muy doble y pesada, igual fue desayuno de mis tabas, y encima
mis pies peludos, nada, no quedaron ni las antenas, así que piénsalo antes si
planeabas chocar con ellas…)
Se supone que entre los
paréntesis colocaría a modo de guión teatral, las accione precisas que voy
realizando, y fuera de ellas, mis cavilaciones y desvaríos respecto de este día
plagado de trivialidades extraordinarias como poner de pronto otra vez el Melt de Budgie, por puro vicio. Bueno, ya me voy, vuelvo (Sale, se oye un portazo y el ruido del agua
cayendo, suena Budgie, pero no el
Melt, sino el All at sea)
UN DIA LA VIDA, por el Tri. EL SOUNDTRACK.