martes, 29 de abril de 2014

A 4 minutos

Si durante cuatro minutos no arriba alguien, él daría una bocanada más del tubo aquel que emanaba una especie de mus gris, tan extraño como delicioso; lo cual implicaría arruinar las posibilidades de llevar a cabo el usual intercambio de códigos verbales. Pero esos cuatro minutos ahora era solo uno, y descendiendo; es cuando te detienes a ver todo siendo absorbido por el centro de un pequeño agujero negro Hawking, ya saben, no la posible asociación con alguien en particular o cierta parte de uno, claro que es obvio pero debe comprenderse que ustedes me entienden. Transcurridos tres minutos más de tu marca, qué más puede importar, sean mil.

Hoy se apertura otra Feria del libro de Bogotá, estoy convencido de lo putamadre que debe ser estar ahí. Oí los discursos respectivos de cada representante y autoridad y blablaba. Me llamó la atención un detalle en el de Mario, dijo con claridad y énfasis: Confío y espero que los jóvenes colombianos y españoles produzcan literatura que jamás podrán imitar las máquinas. Y es que el Nobel habló con profundidad de la guerra al parecer ya desatada entre el hombre y el robot. La demencia por la edad es notoria, aunque sea en un ápice, para un hombre como él que cuida la salud de su mente de un modo nada corriente; su lucidez casi al final decae vertiginosamente, como sus semblante; o sus manos con dedos pálidos y fríos; y a pesar de todo, sigue siendo un madafaka traidor a la patria(cuál patria me pregunto de inmediato, ah bueno, traidor solamente), por decirlo de otro modo. THANKS FOR NOTHIN´man, nosotrs también te queremos mucho por el galardón?, no, por el descubrimiento de putas y corrupción del poder en nuestros gobiernos, gran novedad, tsss. Esta huevada más y otros salpicones de lo mismo como el presidente colombiano diciendo: Julio Román Ribeyro, y lo peor de todo, que le gusta mucho. Seguramente, fueron los avistados por mis ojos queriendo saltar de sus cavidades durante el minuto final de mi espera.



Por otra parte se avecina la guerra, la tercera. Vamos todos. 

Querido abuelo:

Finalmente se avecina un gran guerra. Los gringos hijosputas con sus aires de dueños del mundo, frente a la madre patria Rusia (no la mía por lo menos, pero sí de varios miles de millones). 

En el Perú estamos al filo del desborde social, del colapso popular; hay dinero, hay trabajo, hay oportunidades; pero no hay cultura, ni justicia, y la impunidad aunada a la corrupción en todas las esferas del poder, denotan solo una cosa: la ilusión de bienestar se torna alucinación, y muy pronto psicosis. La gente vive cuidando sus espacios, sus cosas, sus intereses, sus individualidades, de todo aquel que ose invadirla o pretenda hacerlo. La vida es una simple etiqueta que cualquiera puede arrebatar a otro si dichos intereses se ven amenazados.

Y el modo de vivienda se torna cada vez más carcelario y cavernoso. La gente quiere vivir encerrada, cercada, amurallada, enrejada; teme de todos y le importa muy poco estar dentro de una sociedad, para cada uno pareciera no existir otro que él mismo, y por extensión, su "familia", la única importante dentro del cúmulo de familias que componen una urbe. Entonces somos un país de islas de grupos sociales, autónomos y regidos por sus propias leyes e idiosincrasias. La cohesión de identidad está regulada por los medios podridos de comunicación, los cuales obedecen a una sola consigna: adormecer los sentidos e idiotizar al pueblo. El pueblo, suena hasta patético escribirlo, el pueblo que conformamos yo y tú y aquél, tiempos aquellos en los que sí significaba más de lo que parece.

Mañana llegarán ellos a donde esté, y estoy seguro que traerán para mí, una bala certera en mi cabeza, o en todo caso, un boleto de ida a los confines del universo. Probablemente antes sin duda alguna hubiera optado por el boleto, y hasta por la bala, con mucho gusto, pero ni siquiera eso podré, tendré que resignarme a buscar empleo, a seguir intentándolo con lo que no me interesa hacer. Ganarme la vida, o hacer que otros ganen con mi vida, ahí está el dilema. Ganar, ganar, ganar; mientras el resto, perder, perder, perder, hasta el último resquicio de propiedad, de integridad, de dignidad. 

Ojalá, querido abuelo, mañana se declare la tercera guerra mundial, no sabes cuánto lo ansío; por lo menos entonces podría saber que hay verdadero peligro o motivos por los que luchar o entregar la vida, al margen de fraudes patrioteros, como simples excusas para seguir. Por ahora rige la tensión por la incertidumbre y solo espero que mañana sea mejor, o como siempre estoy diciendo: peor de lo peor.                                           

viernes, 25 de abril de 2014

MUY PRONTO

Ni un mes pudiste aguantar sin soltar la rienda, los hilos de tu sujeción al mundo. Eso está muy mal porque no te permite visualizar un futuro mayor, pero está bien porque en sincronía con tu agonía, establece una armonía con tus deseos más fehacientes. Los mismos de siempre.

Cada vez preguntas menos por ti mismo, pareciera que dejó de importarte saber si sientes o ves el mundo como ayer, o si lograste cambiar algo. Ciertamente lo dudamos, creemos que nada de lo que hagas resultará bien para ti; porque estás maldito, condenado, sentenciado, etc. Pero vamos, no vamos a pasarnos la noche hablando de lo jodido que te mantienes. Mejor hablemos de literatura, la otra vez descubriste un libro acerca de la Modernidad líquida; y corroboraste la sospecha que tenías sobre las redes sociales como redes de pesca en las que estamos atrapados todos, prestos a ser triturados o utilizados con propósitos menos alentadores para quienes creen que no, que todo está bien y siempre lo estará. No será así amigos míos, amigos idos, amigos nulos; nada está bien, soy precisamente ese síntoma, el símbolo de odio gestado para alarmar sus detenidas y triviales vidas; acaso no ven cómo es que ha degenerado el ser humano a niveles nunca antes visto; o es para menos recabar en la falta de ánimo voluntario para cualquier cosa; sé bien de las consecuencias de una enfermedad que ataca con presteza la voluntad, pero sé también de una sociedad que mutila, arrebata y sume los sueños e ilusiones (todo con lo que realmente cuenta un hombre) de la gente, sobretodo de jóvenes, que más tarde, al hacerse adultos y luego viejos, tienen que arrastrar con ese cúmulo de costras devenidas en resignación y tedio, en actitudes nada envidiables para puercos o ratas ambiciosas.

Sin embargo ya sabemos prisionero de quién eres, de qué, y por qué; y no ahondaremos más en ese tema; por ahora es mejor pensar negro, visualizarlo todo en gris y oírlo azul. Mientras tanto, tu sed se desmide, descontrola y arrebata contra los grifos, y tus pies arrancan saltos vertiginosos contra los muros, contra los rostros de las sombras de tus enemigos; los cuales consideran nimia tu existencia, tu trabajo, tu ser. Pobres de ellos que no saben lo que se viene, la gran guerra, la gran hecatombe, en la que tú tendrás un puesto especial en el caldero, por puro placer y goce mórbido, arrojar cuerpos frescos al magma y escupir flema negra en sus rostros pidiendo clemencia y rogando por sus vidas. Pero bueno, ya llegará el momento, mientras tanto a seguir siendo mierda.

martes, 22 de abril de 2014

ESPIRALES DE PATRÓN


Serie tormentosa de reflejos, uno desaparece entre la secuencia, es cuestión de velocidad. La decepción está fuera de consideración. Ni siquiera tiene caso entonces echar de menos al sentido y dirección de vida, los dados ya dieron la cifra, perdiste noción, eres línea espiral infinita. Y uno comprueba que la percepción sensorial arruina la mata, el retoño de imaginación, ves el beso detenido e imaginado, cuál duele más.

Veo y confirmo también, no con poca pena, notar detalles referidos al parentesco. Y es que no es menester reconocer que ciertos aspectos de forma son mejores que los ya conocidos, es decir, los propios. Y entonces sale en escena la sentencia sobre el patrón seguido a cabalidad, yo sé que exenta la consciencia, pero igual, simple patrón seguido como el perro al celo, o el hombre al hambre.

Ser un elemento más en la serie de elementos que componen la colección de elementos de alguien que escoge bajo un patrón, y creer en la originalidad, la exclusividad. Ahora sé que mientras amas a uno, en realidad amas al patrón, a la serie de detalles que componen el ideal. Probablemente me sucedió algo parecido en la primaria y parte de la secundaria; yo creía no verlo así, tal vez como tú, pero ahora veo que es irrefutable, hay quienes marcan puntos determinantes para el resto de la vida, ellos parten, se deshacen, pero entonces uno reforma de sus pedazos al sucesor, alguien que pueda conservar lo más importante, lo más entrañable del anterior. No sé qué sentir al respecto, no es que quisiera ser alguien único, de todas formas tengo lo mismo que cualquiera, hasta podría decirse fácilmente que soy un muñeco fabricado en serie, como casi todos. Y eso sí indudablemente me pone enfermo, porque mis sueños no alcanzan para paliar semejante coalición con la realidad. Uno y el otro, ambos o ninguno, ya veo. Habría que volarme los sesos y ni así conseguiría deformar esa horrible secuencia, todo sería igual a excepción de mi cráneo hecho pedazos. Alguien seguiría su búsqueda incansable en el mismo lugar y bajo el mismo patrón, molde.


Imagino el sabor de los besos, la disposición de la lengua y los ojos, no quiero ni pensar en el resto, aunque me sea tan fácil saberlo. Un animal amaestrado podría decirme más sobre este asunto, inclusive una mujer del viejo oficio, dirían mucho sobre caretas y sobre la esencia, sobre un profundo fondo en el que hay alguien distinto, o mejor. Pero es obvio que tal afirmación y su valía sería menos que caca de perro. Por eso uno tiene que contemplar y reconocer la destreza de la pirueta o la mentira, de todos modos yo vine solo, sin correa ni paga. Y aquí estoy, harto de esta comedia, renuncio a mi papel de relevo, de doble, para salir a buscar a quien me corresponda según mis propios estándares, pues para qué no decirlo, yo sí traté de renovar incluso eso, pero ya veo que no tiene caso, es la única forma de renovarme o morir en el romanticismo total. Y bueno, en ese caso, estás muy lejos de serlo, ni una palabra, y ahora tal vez pocas formas. Espirales de cabellos, fulgor radiante de retinas amarillas, dedos largos y huesos frágiles, mofletes rosados y fragancias dulces. ¿Hay algo ahí? ¿Verdad que no? Lo sé mejor que nadie. Bueno, es todo.

viernes, 4 de abril de 2014

REINO REFUGIO DELIRANTE

No es que no haya querido bailar y olvidarme de la vida; no, la batalla no termina, nunca lo hará, y yo todavía sigo vivo y sano, y culeando y mutilando; de modo que hay para rato de mí y mi soledad. Sin reputación que cuidar, ni gente por la que preocupar, queda sobrevivir en esta tundra de almas en pena, de gente ciega y carente de inquietudes desmedidas como darse por vivo estando muy muerto o lo contrario. El Lobo estepario camuflado en mí aúlla y emprende la caminata otra vez, total, nos hacemos fuertes y solo hay que cazar y matar para seguir existiendo. El invierno ha llegado y por eso los huesos duelen pero la sangre más caliente incita a movernos, a trepar la cima y lanzarnos sobre la presa y clavarle los colmillos y comernos hasta los huesos. Quedarnos con el alma y el recuerdo de la mejor época y condición de alquien. Robarle al mundo, arrebatarle lo poco que le quede y echarme a dormir bajo la sombra de mi alucinaciones, que por decirlo de algún modo, son todo lo que me queda en este mundo real, en esta realidad desconectada de mi imaginación. Adentro es otra cosa, por ejemplo yo llegando y diciéndoles a ellas, vamos, nos esperan en el puerto, saltando de la alegría y compartiendo fresas con ellas, a una en la boca a otra en las manos, vamos por favor, no vuelvan a dejarme solo, no lo toleraría y destruiría este reino delirante, último refugio de los malditos!