lunes, 30 de junio de 2014

VAMOS!


Solo se trataba de la punta del iceberg querido Kevin, el resto de la montaña era el conflicto espiritual, desligando a lo espiritual de lo religioso y asociándolo más a lo intrapersonal. Vamos a reestablecer el ánimo, recomponer los pedazos de tu voluntad y erigir no un nuevo tú, porque seso sería una falacia, sino a reformarte. Es importante que recuerdes al gran doctor  Martín Nezama Valladollid y su definición ampliamente acertadada sobre la adicción, la cual dice que es la enfermedad de la voluntad, y se produce cuando el sujeto tiene una carencia espiritual.

Entonces, empecemos querido amigo, las cosas irán mejor, recuerda siempre aquel raído puente en el Rímac y tu tránsito insoslayable sobre él, a eso de las cuatro, mutilado, decapitado, muerto. No es para tanto, somos mejores que nuestros errores. Adelante.

sábado, 28 de junio de 2014

CUÁNTO MÁS

Cuánto más puedo dar, tal vez ya no mucho, solo respirar y tratar de moverme un poco antes de la petrificación. Está todo hecho Mr. Zetro, lo acepto, todo Mr. Holt, todo Mr. Loriga, Mr. Gutierrez, no dejaron nada para los perros hambrientos, ahora hemos de hurgar en la basura o comernos a nosotros mismos, da igual.


Días de sombra o soleados pero opacados por la neblina de tus ojos trata de oírme tú que todo lo oyes, que todo lo ves, trata además, y si te es posible, y no muy incómodo, de soltar el dardo directo a mi cabeza, no ves que ando dando tumbos entre muro y muro como una vil musaraña que lucha por llegar a la esquina. Cuánta vileza y degeneración he tenido que fabricar y tejer para cubrirme con este capote del frío de la indiferencia, huyendo o afrontando a la nada, a esa nada llena de posibilidades que jamás serán nuestras; para qué, para estar ahora de pie, oyendo probablemente por última vez aquella vieja rola de los setentas, época en la que nos volamos la cabeza durante la farra por el lanzamiento del disco de la banda con los Blackfoot, todavía recuerdas a Rick pronunciando aquel discurso de seguir, de buscar y luego bum! Se acabó todo, hasta ahora que también está por suceder algo parecido, solo que sin Rick ni banda ni nada, pura rata y perro flaco, basura y callejones infestados de droga de a luka y cadáveres sentados sobre ladrillos, en medio de bolsas, amenazados con ser echados por el serenazgo, por la policía ignorante, por la gente hipócrita, por el mundo decadente. Está bien, aceptémoslo, es todo, para qué más. Hay que seguir la ruta del tren que ya se nos va, a colgarnos de él, a lanzarnos al vacío o desaparecer!!!

viernes, 27 de junio de 2014

CENTRO TERAPÉUTICO ÑAÑA

Inhibida la capacidad de aprendizaje, toros negros en estampida, número once, son once toros y once estampidas, no lo sé; escribir con la certeza de un autómata en el agotamiento de su combustible. LeóN sonando, ALGUIEN COMO TÚ, ya sabes, alguien con las greñas y las pepas de más, alguien que no tiene otras ganas que irse al carajo, ya sea por el inodoro o el tubo del grifo. Bueno, hubo una inundación catastrófica, nosotros veíamos desde la ventana de casa, tía Vero había llegado, trajo consigo el rostro de la abuela a sus cuarenta, se lo dije eso sí, y es que andaba algo crudo como para no hacerlo. Tía Vero, y mi abuelita cómo está, muy bien, dice ella, pero yo vine más por tu madre que por ti, añade, aya, le digo, mientras llamo a mamá que no está. Se ha marchado tía, le digo, y consto que también ella lo hizo. Qué rayos, todos se están yendo, y yo sigo acá, anclado tras esta ventana viendo la inundación echar abajo la casa entera, de dos plantas y 657 metros cuadrados según mis cálculos, se viene abajo porque el agua se cuela por las /ventanas]; ventanas iguales a ésta, y ahora que lo pienso, afuera no hay otra cosa que agua, y ráfagas de viento y rayos y relámpagos. Pero el miedo entonces, dónde Mr. Poppy, hacia la izquierda y bajo la cama, busca, olvida por un minuto lo de la inhibición del aprendizaje, verás que solo son patrañas de alfarero lo del barro reseco entre tus dedos, busca y hallarás, qué cosa, hallarás, busca solamente. 
Mi mano tantea en la oscuridad, hay zapatillas y zapatillas, madera de viejas camas y polvo echo ovillos, ah y arañas, a ellas las introduzco directamente a mi boca, en cambio a los ovillos de polvo hay que suavizarlos y ponerlos queditos sobre la palma y esperar que maceren su textura, no sea que uno se atore con sus finas partículas. A las zapatillas solo arrimalas, ves ahí, ahí está la salida, apresúrate, ¿el agua, recuerdas? Ah sí, ya voy. Cae un muro, luego otro, ahora el techo, veo a mi madre afuera, corre tras su bebé, ¿yo?, no lo creo, lo dudo, siempre dudo, mi hermana, probablemente, corre tras ella sin darle alcance, yo las veo a ambas apretando los dientes de miedo y horror, porque el agua ya está mojando mis tobillos, mis rodillas, mi cintura, ya llega a mojar mi quijada. Oh no, me ahogo, me ahogué, me ahogaré.

 Ahogado el narrador, flota como la mierda junto a los restos del techo, de los armarios; alguien observa por la ventana de una casa que felizmente fue erigida sobre tierra firme y lejana al río que no es río sino mar, estamos en el mar. Bienvenidos todos ustedes, acabamos de arribar al mar Muerto, aquí tendrán entre otras cosas, funciones de lo más muertas, aunque a veces hay vivísimos arrebatos de entes que animan las jornadas con estremecimientos del asiento o las correas, como si se tratasen ustedes de maniáticos recluidos a la fuerza en lugares como ÑAÑA, qué nombre de mierda, ÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑA, VIL PORQUERÍA, ARDILLAS Y ÑAÑA, ARDILLAS Y PECANAS, Y NUECES, Y ÑAÑA, TODO ÑAÑA, BAH.

miércoles, 18 de junio de 2014

Yanko Tolic recomienda (Kevin discierne y divaga)


"You Keep Me Hangin' On'" (Vanilla Fudge), "Dazed And Confused" (Led Zeppelin), "In A Gadda Da Vida" (Iron Butterfly), "Purple Haze" (Jimi Hendrix), "I'm So Glad" (Cream), "Nantucket Sleighride (To Owen Coffin)" (Mountain), "Black Sabbath" (Black Sabbath), "Ride The Sky" (Lucifer's Friend), "Hard Rain Fallin'" (Sir Lord Baltimore), "Second Time Around" (Blue Cheer), "Wring That Neck" (Deep Purple), "Napoleon Bona part I & II", "Born To Be Wild" (Steppenwolf), "Helter Skelter" (Beatles), "21st Century Schizoid Man" (King Crinsom), "Live With Me" (Humble Pie), "Parchman Farm" (Cactus) y "The Snake" (Pink Fairies)
Y yo me pregunto sin ansiar respuesta si algo tengo que hacer para dejar de sentirme irreal. Cago oportunidades y me doy de lleno contra parabrisas translúcidas de indiferencia. Diciéndome de soslayo, cómo no vuelo todo el planeta y me hundo en fango de las cenizas y sangre. Tal vez entonces podría atreverme a ver con claridad la broma infinita de esta comedia de supervivencia. Ansío una cerveza como un chute de heroína, una sopa caliente como un divagar incesante entre montañas inhóspitas desde donde no hay retorno.
Robamos línea, robamos aire, robamos comida, robamos espacios donde acurrucarnos para dormir, estamos en el apocalipsis. No hay rumbo, solo la oportunidad de llegar vivos a mañana, sin el mínimo de esperanzas. Hoy llorabas mientras mi avioncito de papel pegatina se resistía a volar, a emprender un simple movimiento que probablemente le hubiera transportado a mejores lides. Yo mientras tanto rabiaba por la situación de estar a punto de irme en desaforo, desacato de una norma que nunca concebí como tal, que a fin de cuentas me llega al pincho.

Se torna tan simple seguir siendo, y no así con dejar de serlo, qué purulenta mierda que habita en mis braincells, neurotic braincell a punto de darse kaput. Escritores, músicos, tenderos, gentes sin rostro ni voz, pura enmienda de prendas, de cazados y complejos entramados de necedad. A quién le digo esto, a quién que no quiera oír otra cosa que música, punk, metal, salsa, y demás porquerías. Que lo mío sí, lo tuyo no, es pura mierda. Los seres con aspectos de globos azules permanecen en lo alto de las montañas, aguardando ir a ayudar al desvalido y aclarar al extraviado, después igual, el universo degradándose hasta el infinito, sin tregua ni color.

MANIFIESTO SURREAL ANÁRQUICO

TODO El mundo quiere hallar salidas hacia su normalidad, pútridos gusanos carentes de desaforo, yo solo quiero ansiar combinar ajínomoto con chuño y gasolina para hacerme pum los sesos. Veo en la web, los diarios, las librerías, las bocas de la gente esa hipócita manía de recrearse una supervivencia. Yo quiero loco contrario, una mortandad profunda y de erosión que me permita en primera instancia precipitarne hacia el universo donde existen cuotas mayores de satisfacción. O qué, ------creen que mil dramas me conmueven, mil caracteres diminutos tratando de convencerme al demonio de mis falos sodomizarla con púas de acero, aun cuando aquello podría ansiarlo. NI mierda; toda la puta gente, rebaño de subnormales que existen para subsistir me tienen alerta, o sin cuidado, me cago en ellos, los escupe y me cago frente a sus maquillados rostros. Yo dejé de ser yo como pretendió hacerme parecer esta bola de leyes y sistema, y todavía puedo decir lo que chucha quiera, con modos e hipocresías, y por eso qué más da, sobrevivir solo en busca de algo nuevo, un atisbo de sanidad en este caos; desfile de payasos sin gracia ni maquillaje. 

YO SOY DE AMAR A UN CAICEDO POR SUS TEXTOS Y VALENTÍA, O A UN ÁLVARO BISAMA POR SU ALUCINOSIS RESPECTO DE RENOVAR ARTE, pero nunca jamás por haberse ido antes de estrechar con él una mano o atestado una pipa, haber ignorado y despreciado a un pariente. Me cago en todos los logros mediocres de la gente cucaracha, deshonestas, efímeras, impuras, caca.

Pero sé que hallaré el modo de encontrar el filamento capaz de encenderme para volarme en pedazos junto a miles de culpables inocentes, porque al final AL FINAL "Alá HACE LO QUE  QUIERE", entonces a la mierda el deber, ¿verdad Cesitar Gutierrez?

sábado, 14 de junio de 2014

EL PORTATROPAS


Cómo decirles a todos ustedes lo que siento ahora que soy transportado a mis setenta años rumbo hacia el asilo final para viejos como yo. Podría decir por ejemplo que tengo miedo, pero solo sería una patraña más contra mí mismo, pues durante toda mi vida aprendí a olvidar el miedo, a ignorarlo, entre otras cosas porque aprendí a ver en la oscuridad, a no temerle a las sombras ni a los hombres, que son el mayor terror y peligro para los otros hombres. Lo que sí tengo es ansiedad por llegar a dónde sea, bajarme de este cacharro y desparramarme sobre el pasto a ver el cielo, tenga el color que tenga, incluso si está nublado y no pueda obnubilar la visión con los rayos solares. LLegar y ver qué más, pues llevamos viajando casi todo un mes, la raya del culo se me debe de haber borrado y ya olvidé cómo caminar, o hablar con el resto. No es que no hable con nadie, a veces le digo algo a mi compañero de asiento, que para variar es una señora viejísima que todo el día duerme y cuando está despierta, solo atina a suspirar y sollozar de nostalgia por sus nietos, hijos y toda la cofradía que compone su familia.

Nada puede durar tanto como para siempre, así pues hemos llegado por fin. No entendí bien el plan gubernamental cuando hicieron la publicidad casa por casa, sin embargo algo presentí. Imaginé que nos llevarían a campos de concentración para viejos y una vez allí darnos kaput como a reses o a gallos viejos, para ser emparedados o hamburguesas. Pero ahora que estoy aquí solo veo bungalows por todas partes, además de árboles y jardines. 

Me asignaron una habitación pequeña y escueta, está demás describirla, es como caulquiera, una cama, una mesita y una ventana, el baño es tan pequeño que debo orinar desde afuera, no sé cómo haré con las otras necesidades, a lo mejor hay uno más grande. Al rato me visitaron los enfermeros, o lo que vendrían a serlos, trayendo una hoja con los horarios, reglas y todo tipo de textos de aliento para nuestra última morada. Dijeron muchas frases de aliento pero lo último fue lo mejor; justo antes de dejarnos acostados y afeitados, desde el umbral de la puerta, sonriendo y guiñando uno de sus ojos han dicho: No se preocupe, usted no estará solo nunca más, ésta es la plataforma hacia una mejor estancia. No me hubiera sorprendido para nada el comentario final a no ser porque una vez que se marcharon, puede observar desde mi ventana, por una rendija entre las persianas, que había un gran movimiento tras uno de los extramuros del lugar. Habían helicópteros y toda suerte de luces pero nada de ruido, como si trataran de ser discretos en extremo. No me preocuparé por nimiedades, serán cosas de ellos, me dije. Lástima por mí, de haberme dado cuenta entonces incluso hubiera podido salir corriendo ese instante, rumbo a la densidad de la selva, a refugiarme de esta sarta de inhumanos, o muy humanos, que solo nos tenían preparado una especia de revelación que difícilmente podríamos sobrevivir para contarlo o decidir un juicio al respecto.

Les tomó tan solo un par de días aclimatarnos al ritmo de vida en ese lugar, al tercero estábamos acostándonos cuando de pronto comienza a sonar por todas partes la irrupción de agentes enmascarados y armados hasta los dientes, tirando puertas y haciendo señas con la mano: tú, tú y tú también. Entre ellos estaba para mi mala suerte, yo mismo. Así en pijama y descalzos muchos de nosotros nos obligaron a correr hacia el lugar donde antes había visto el espectáculo de luces y helicópteros.
Había una gran fila que llevaba hacia un hangar, donde aparentemente se daba el asunto en sí. Bueno, no me alarmé, qué podría ser lo peor que pudiera pasarnos, ¿morir? De eso estaba tan seguro que pasaría pronto que no me inquieté en lo absoluto. Al parecer eran rápidas las atenciones, cuando por fin me llegó el turno, noté que mis manos sudaban a raudales y mi corazón brincaba de emoción, como si en instantes volviera a ver a mi madre o algo así.

- Verá, usted dio la vida, mejor dicho, la existencia, a ver, déjeme ver, a nada menos que 500 personas durante toda su vida, sin contar a los prehumanos producto de sus masturbaciones. ¿Tiene algo que acotar o cuestionar?
- La verdad no, dije y respiré resignado, al parecer estaba mi suerte echada.
- Bien, ahora usted tendrá la fortuna de conocerlos, ellos lo esperan ansiosos por saldar cuentas con usted.
- Bueno, que así sea.
- Adelante.

En una especie de portatropas habían dentro centenares de sombras ataviadas entre bajo sombreros ampulosos y bufandas negras. Eran mis hijos, así me lo dijeron. Subí al vehículo valido del brazo de uno de ellos, y fue cuando comprobé que no era un brazo propiamente, sino la idea de una, una especie de sombra alargada que sugería eso.
Hola a todos le dije, perdonen que llegue tarde, pero ya estoy aquí con ustedes. Oí un murmullo como respuesta, como de gansos en alboroto, después partimos. Me senté en algún lugar cerca de ellos, y poco a poco fui sintiendo cómo mi cuerpo se llenaba de afecto, de ternura, de calor, hasta que finalmente dejé de sentir. Me sumí en un profundo sueño del cual no tengo noticia de haber despertado. Es todo, así acabé con mi estancia en la tierra de al venganza y el arrebato, en medio de mis tantos hijos no  habidos, no llegados a ser hombres. Y créanme, agradezco al gobierno por tal gesto, aunque para ellos haya supuesto esto un castigo, no para mí.


viernes, 13 de junio de 2014

RETORCIDO

De todas las formas conocidas que conozco, la parecida a una esfera torcida, o mejor dicho, retorcida, es la que mejor me sienta; y por fin afirmarlo no saben cuánto me cuesta. Si yo pudiera por ejemplo hacerles saber sobre remover con la imaginación y los ojos cerrados, la negrura de la mente, tratando de hallar y descubrir qué más hay detrás de todo, no me creerían si les digo que nada, nada concreto como estos dedos que oigo caer sobre las teclas, nada real si se quiere, solo sospechas, indicios de algo que sabiendo aún que no está, presentimos su existencia; a lo mejor los pensamientos son solo una levedad existencial, un atisbo de realidad que requiere construirse desde ahí mismo, su ideación. De este modo podríamos volar echando fuego por la nariz sobre la coronilla de nuestros enemigos, pero para eso habría de construir muchos pares de alas y lanzarnos al vacío intentando levantarnos sobre los aires; el fuego en cambio ya está dentro de nosotros, el vapor de nuestro interior al mezclarse con el oxígeno combustionará desde las entrañas hasta los dientes, siendo nuestra boca una gran hoguera donde en lugar de saliva habrá magma, y uno entonces querrá decirle a quien calcinemos: ¿no te lo dije? Pero bueno, mientras tanto no hay gran cosa tras de las imágenes de nuestro pensamiento. Solo el empeño de lograrlo, la necedad de conseguirlo, y claro, el arte.

HERE WE GO AGAIN

Nos acordamos de esa canción, por supuesto, para darnos aliento y recibir los rayos del sol con mayor ímpetu y en general, para que nos sea más provechoso. El tiempo está fuera de nuestro alcance y consideración, pero sabemos que es poco, antes de estallar en mil pedazos o deshacernos en corrupción total de la carne putrefacta. Bueno, con todo, estamos aquí de nuevo, no sé cuánto hayamos cambiado, supongo que solo lo sabremos cuando hable con otros, mis semejantes, análogos seres que si bien nos son ajenos casi en todas las cosas, no lo son tanto respecto de las cualidades y defectos de un ser humano. Han pasado dos generaciones desde que íbamos libres a la luz de la noche, sorteando charcos y conversaciones mórbidas sobre cadáveres de jovencitas o señoras apuñaladas por la espalda mientras recogían los tubérculos que hacían secar en la puerta de sus casas. 


Qué épocas corriendo junto al río, pelo suelto, descalzo y sin mayores remordimientos que los referidos al cambio de ruta o tontería parecida; creyendo en la música y la literatura más que en nosotros mismos; y ahora, luego de haber dado mil vueltas a la rueda y no haber obtenido ni avanzado casi nada, volvemos al principio, al momento en el que acabábamos de decir: bien, como decíamos ayer... Y siempre. Han pasado muchos libros y redescubierto mucha música para volver a erigirnos sobre esta húmeda tierra desde donde escribo, para decir que una vez más no está de más volver a intentarlo, pues al fin de eso se trata existir, intentarlo sin tregua hasta no poder más; seguir dándole a la roca para que pueda el agua imposible de la vida.

Aunque por otra parte el miedo casi ya no esté instaurado dentro de nosotros, el miedo de ningún tipo, salvo al vacío, ese miedo eterno a impalpable y remoto; de modo que podríamos no sé, pensar en una muerte digna, tal y como debimos habernos concedido hace un lustro. No podremos saberlo, a lo mejor aquel día que caímos hacia las criptas de la catedral, perdimos el impulso vital, y solo anduvimos por ahí, meneando la cabeza y trastabillando entre vahídos imparables y de pura espasmódica mortalidad; quién podría decirnos afirmando con la certeza del ciego en el sonido, que todos lo hicimos, toda nuestra collera, jauría, escolta, que de todas formas el juego estaba perdido, la guerra y con ellas nuestros sueños de hacer música hasta todas las vidas, de crear comunidades desligadas de tanta vanidad humana y mas bien sumadas a la construcción de una nueva condición humana, nos referimos a la funcionalidad como unidad, como bloque, como entidad superior, hacia la elevación astral, etc. O por el contrario, quién va negar que descendimos y degeneramos a más no poder, y solo dejamos que nuestros cuerpos descompuestos, pululen sin reparo a través de calles sórdidas y miradas oblicuas del resto de gentes.

Lo cierto es que si vemos bien, todo sigue igual, solo que más viejo, eso sí; pero nosotros volvimos esta vez con un haz bajo la manga, un haz de copas en el que visualizamos un futuro inmediato en el cual iniciamos la respectiva relación extrahumana con nuestra vástago, ese ser extensión de nosotros mismos que ahora existe en nuestra misma realidad, ese hombre al que dedicaremos todo nuestro pensamiento, olvidándonos de viejos saldos con la existencia y gracias a los cuales, o por culpa de, estamos aquí. Nuestra tarea será una y ninguna más, fusionar y sumar fuerzas, ideas, gestos de ternura y amor para trascender, atravesar este valle de lágrimas y llegar a la otra orilla para despedirnos con la certeza de la continuidad, de la realización, del buen obrar, bien vivir. Y para eso dejamos un poco de lado a nuestro buen amigo el Yo, aquel por el que diseñamos la manera escapista de desvivir, olvidarnos de él y conservarlo solo en la memoria infinita del colectivo.

Y aquí estamos dejando de pensar en nosotros para pensar a tiempo completo en él, y sobretodo a hacerlo absolutamente. Sabiendo o teniendo muy en claro a qué nos atendremos, a esos instantes de la ncohe fría en la que nos gustará poder decirle a alguien, oye te quiero, dame un abrazo, toma un beso, bebe de mi taza, compartamos nuestras almohadas; y del placer, ni hablar, olvidarnos del placer solitario y tratar de hallar uno colectivo, uno en bien de muchos, y por supuesto seguir empeñoso en escribir, aunque mal salga o no de nada, ni siquiera la incitación a la lectura, seguir, como dice el gran Dumas padre, a nuestra mariposa piroclástica hasta el fin.

RATSKILLED

Tenías venintisiete, ya recuerdo, y llevabas el cabello largo y las zapatillas sin agujetas; yo te decía no bebas mucho, no fumes demasiado de esa basura que crecía como la plaga en el centro de nuestra ciudad; todo por nada, ahora que no estás me pesa no haber alentado todo cuanto hacías. A lo mejor lo sigues haciendo, y eso me satisfaría como la golosina al niño. Te extrañamos Tom, los días ya no son los mismos sin la certeza de verte repantigado por las aceras, o canturreando a viva voz las canciones que nunca te sabías, o arrojando naranjas podridas a los autos de los ricachos; cuánta pena nos da tu partida, si pudiéramos decirte otra vez: Tommy travieso, ven a comer fresas con nosotros, si quieres traes a Canuto, el andrajoso y pulgoso perro con el que andabas siempre; lo haríamos de muy buena gana; pero ahora qué haremos amigo, hermano, seguir viviendo como si nada?, como si la desaparición de una persona con tus cualidades y defectos importara una mierda? Definitivamente nada volverá a ser igual. Cerraremos la calle y enrejaremos al perro, limpiaremos la mierda que dejaste en nuestros jardines y quemaremos tus andrajos, pues para qué seguirnos contaminando con tu porquería si ya no vamos a oír tus ocurrencias sobre esto. Estabas incubando moscas del amor, nos decías, y dabas besos volados a cuanto ser humano veías con falda y figura femenina, sin discriminar travestis y transexuales.

Bueno, de todas formas no nos queda mucho también a nosotros, probablemente el resto que vive en esta cuadra ni noten nuestra ausencia, pero a nosotros sí nos pesa la tuya. Por eso querido Tomás, te decimos, hasta luego, guardanos un asiento en el autobus al infierno y sé paciente que no tardamos; y es más, a tu nombre brindaremos con Ratkilled, porque siendo sinceros, qué importa el resto, las migajas de la vida sin ti, mejor nos apresuramos. Aguarda, estaremos contigo en unos minutos...

martes, 3 de junio de 2014

SENTADO EN UN BAR

Bien, justo cuando nuestro querido amigo Romualdo se disponía a restituirse violentamente sobre las heces de su nombre, honra, honor, reputación, etc; ella se larga. Entonces surge en su cabecita pequeña para sus ideas, ni modo, si así lo ve, y así lo hace, pues qué más da, un par de tragos a la luz de las velas que iluminan el rostro de la Madonna dípsoda que regenta en espíritu y un poco de carne, un barsucho de porquería, a donde acudirá ahora que se lo permite el ánimo, a dejarse roer por las horas detenido frente a las luces que surgiendo de variopintos lugares, serán la delicia de sus ojos separados de su mente, pues ésta al hallarse en completo trance por los últimos sucesos, con las justas logrará perderse en constantes  ideas sobre todo y nada, una parte de aquello que conocerá luego como universo caótico. A las manos las dejará sueltas y libres para dibujar en el aire figuras de su día desfilando entre rostros y modos nada singulares de la gente, salvo claro y por ejemplo, las revelaciones del grandioso Chomsky, o de los chunchos aguarunas y sus mitos. Por eso justo cuando la madrugada inicie su danza en apariencia inmóvil, justo entonces otra mano probablemente se aboque a sostener la suya para paliar el caos asolando el espacio de Romualdo, entrañable y triste soñador que con sus súbitos impulsos logró llegar a este punto de su vida en el que ya no la duda ni el miedo son sus enemigos, sino la parálisis devenida en soltura en el parloteo o mutismo del mismo modo que la laxitud de sus despertares durante los últimos días. Enseguida, ebrio y dando tumbos a través de calles desérticas, acudirá al lecho a tratar de lograr digamos que tener un hijo mediante los sueños, y mañana a seguir con un día más de esta larga sucesión de repeticiones inclementes y nefastas que solo lo inducen a querer no querer, a desamar lo amado y desatar los nudos sobre los que detenerse para no caer.