miércoles, 5 de diciembre de 2012

YUMA 2

Recapacite en la naranja negra cayendo escaleras abajo, y cuando la vi detenerse al pie del primer escalon senti como mi piel corrugandose se me hizo tan deliciosa que casi lloro de la alegria. Yuma no volveria, lo sabia a juzgar por la nada que dejo tras de si, de modo que habria que salir presto de aquel lugar, cogi mis huesos y el resto de musculos que me quedaban, que no eran muchos y sali por la ventana con un gran salto. Oi el estrepito del vidrio haciendose pedazos y los alaridos de la gente que me vio. No es que sea grotesco, o bueno, no tanto como quisiera, pero la gente que de un tiempo a esta parte reparaba en mi forma muy pocas veces podia hacer otra cosa que cagarse de miedo, repugnancia o que se yo.
Aterrice de la mejor forma sobre un arbusto de cicuta y desde adentro inhale el dulce aroma del veneno para reocnfortar mis sentidos, repare en mi ubicacion, y aspire con cuidado el aire para dar con la siguiente, una mujer de unos tantos años que bien podria yo dejarme caer en su tierna  juventud llena de petalos verdiazules, la visualice a una distancia corta que facilmente podria recorrer a pata. Era de noche, de modo que no tenia porque cubrir mi peludo cuerpo ni mis pezuñas enlodadas; camine lento, aspirando el aire fresco del lugar como quien degusta un manjar, no es que me guste precisamente el campo, pero es donde mejor me siento, a veces con otros espiritus suelo tener contiendas desaforadas que terminan en mimetismo y siendo yo nemesis lacral, siempre me salgo con las mias. Hubieron veces de riesgo eso si, cuando algunos poblanos invocaron mi presencia para dañar a los suyos, pero que cuando acudi a sus viviendas de techos de calamina o esteras, se arrepentian o eran descubiertos y la cosa se tornaba un poco incomoda. Recorde por ejemplo a los Sanchez y su desvnecijada familia de pleito, de jaleo por terrenos; la gente de la serrania esteparia es muy peculiar, a diferencia de los costeños, ellos consideran un pedazo de tierra que para mi me sirve ni mas ni menos que cagadero, como valiosa, al punto de incluso matar por ella a sus propiso congeneres. Cuando llegue a tal vivienda descubri que la mujer destinada al sacrificio estaba a punto de estar lista para llevarmela -me fascinan las mujeres, debe ser por mi largo trecho de pertubadora hiel en torno a tal genero- la lloraban los que serian en instantes sus deudos, por lo que no me apure en bajar, respete por asi decirlo su dolor, estos humanos y sus sentimientos a veces hasta son contagiosos, y espere dando vueltas en el techo. Lloraban como porcos en castracion pero a mi eso no me inmutaba en absoluto, solo espere unos minutos que se me hicieron muchos, demasiados para seguir tolerandolos, y me impaciente y comence a pisar con mas fuerza cada vez, el metal retumbaba en toda la villa, los alaridos se incrementaron, a mi eso me gusto, y fui mas implacable, mas brutal, pise, salte corri, me arroje desde arriba saltando como suelo hacer cada que me invade la emocion de infundir terror. Entonces vi a un hombre, quiza el hijo, quiza el padre, no se, salio de la casita armado de gordas piedras de cantera, las unicas que suelen hacerme daña, no se por que pero cuando lo vi senti un poco erizada mi piel, creo que era por sus impecable haber en materia de maldad, era una especie de santo de esos que andan mamando falos de amabilidad, de honestidad esas cosas. Me vio, lo vi, senti su miedo crecer, y sintio el mio tambien, ambos nos detuvimos para examinarnos con detenimiento, entonces vi la primera piedra venir hacia mi, al recibi con los cuernos para ahcerla pedazos, pero sufri un daño considerable, pues como dije no era era cualquier piedra, entonces si me moleste, y saltando peor que antes hice un gran forado en el techo y en segundos tenia entre mis cuatro brazos a la señora cadaver que tenia para esa noche como cena, la tome y saltando mas euforico que nunca, me precipite sobre el hombre en mencion, tumbandolo y dejandolo en el piso vomintando espuma, sonrei por mi azaña, pero luego, en medio de la oscuridad, tuve que lamer mis heridas hasta entrado el alba, tenia magulladuras serias que jure vengar en cuanto sea posible.
De eso ya cuatro años, ahora no dejaria que anda me pasara a menos que yo lo permitiera...