martes, 22 de abril de 2014

ESPIRALES DE PATRÓN


Serie tormentosa de reflejos, uno desaparece entre la secuencia, es cuestión de velocidad. La decepción está fuera de consideración. Ni siquiera tiene caso entonces echar de menos al sentido y dirección de vida, los dados ya dieron la cifra, perdiste noción, eres línea espiral infinita. Y uno comprueba que la percepción sensorial arruina la mata, el retoño de imaginación, ves el beso detenido e imaginado, cuál duele más.

Veo y confirmo también, no con poca pena, notar detalles referidos al parentesco. Y es que no es menester reconocer que ciertos aspectos de forma son mejores que los ya conocidos, es decir, los propios. Y entonces sale en escena la sentencia sobre el patrón seguido a cabalidad, yo sé que exenta la consciencia, pero igual, simple patrón seguido como el perro al celo, o el hombre al hambre.

Ser un elemento más en la serie de elementos que componen la colección de elementos de alguien que escoge bajo un patrón, y creer en la originalidad, la exclusividad. Ahora sé que mientras amas a uno, en realidad amas al patrón, a la serie de detalles que componen el ideal. Probablemente me sucedió algo parecido en la primaria y parte de la secundaria; yo creía no verlo así, tal vez como tú, pero ahora veo que es irrefutable, hay quienes marcan puntos determinantes para el resto de la vida, ellos parten, se deshacen, pero entonces uno reforma de sus pedazos al sucesor, alguien que pueda conservar lo más importante, lo más entrañable del anterior. No sé qué sentir al respecto, no es que quisiera ser alguien único, de todas formas tengo lo mismo que cualquiera, hasta podría decirse fácilmente que soy un muñeco fabricado en serie, como casi todos. Y eso sí indudablemente me pone enfermo, porque mis sueños no alcanzan para paliar semejante coalición con la realidad. Uno y el otro, ambos o ninguno, ya veo. Habría que volarme los sesos y ni así conseguiría deformar esa horrible secuencia, todo sería igual a excepción de mi cráneo hecho pedazos. Alguien seguiría su búsqueda incansable en el mismo lugar y bajo el mismo patrón, molde.


Imagino el sabor de los besos, la disposición de la lengua y los ojos, no quiero ni pensar en el resto, aunque me sea tan fácil saberlo. Un animal amaestrado podría decirme más sobre este asunto, inclusive una mujer del viejo oficio, dirían mucho sobre caretas y sobre la esencia, sobre un profundo fondo en el que hay alguien distinto, o mejor. Pero es obvio que tal afirmación y su valía sería menos que caca de perro. Por eso uno tiene que contemplar y reconocer la destreza de la pirueta o la mentira, de todos modos yo vine solo, sin correa ni paga. Y aquí estoy, harto de esta comedia, renuncio a mi papel de relevo, de doble, para salir a buscar a quien me corresponda según mis propios estándares, pues para qué no decirlo, yo sí traté de renovar incluso eso, pero ya veo que no tiene caso, es la única forma de renovarme o morir en el romanticismo total. Y bueno, en ese caso, estás muy lejos de serlo, ni una palabra, y ahora tal vez pocas formas. Espirales de cabellos, fulgor radiante de retinas amarillas, dedos largos y huesos frágiles, mofletes rosados y fragancias dulces. ¿Hay algo ahí? ¿Verdad que no? Lo sé mejor que nadie. Bueno, es todo.

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