"Y es que la relación de Pedro con los objetos que vende es la de un amante de los libros que se ve obligado a dejarlos ir porque ese finalmente es su trabajo."
En cambio la de Juanzzan era por decirlo de algún modo bastante remoto: La de un nigromante alentando alejarse lo más pronto a sus rapaces y mitológicas aves mensajeras; o insoportablemente satisfecho con sostener el par de patas y garras filudas aferradas al brazo, sobre la túnica hecha jirones por el aterrizaje violento de semejantes hipogrifos.
Eran objetos; pensar en ello hasta la locura, desposeerlos de alma y finalmente ignorarlos. Ya está. Un desfile grandioso de contactos breves con el centro líquido y condensado de lo que había tras la figura de objetos, la realidad de papeles y palabras escritas. El resto, el universo infinito, nadando relajado, nada tenso, liberado incluso de tus libros, o estando en ese proceso aunque padeciendo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario