Te ves tan hermoso pequeño de mi sangre... te veo desde mi escondrijo extasiado, y pienso en los dedos de alguien, dedos, veo los míos, recuperando su flexibilidad y consistencia; dedos que deberías acariciar con tus manos, dedos que deberían educar a los tuyos, y nada, estoy siendo condescendiente, abrumador y completamente feliz para con mis esperanzas, no sé qué decir para decirte esto, a ustedes, pero bueno, siempre estás en mi mente, siempre están, aún cuando pierdo el sostén de mis piernas y las fuerzas me abandonan. Naricitas?, abracito! Anoche y todas las noches te sueño, te pienso, te añoro; cómo hago para estar menos lejos cuando alejarme se hace imposible por lo mucho que ya me alejé. Dime algo, tu silencio no basta comprendes? Espero que no sea todo esto, que haya más de todo y para todos y en aras del bienestar, de lo mejor para la mejoría... aunque claro, estoy yo y él, la otra mitad de mí que reclama dominio y absoluto caos, pero no... oh qué dolor, qué dádivas doy al dios de la noche para permitirme saciar de una vez todo este vacío, y sanar todas estas heridas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario