miércoles, 6 de noviembre de 2013

COMPRO EL ARBOL

CAMINO A NINGUNA PARTE, MUERDO EL POLVO, ME APLASTA EL FRIO POR LOS COSTADOS, SUMERJO MIS BRAZOS EN MI ENJUTA CORPULENCIA. CONVENCIDO LO SUFICIENTE SOBRE MI MOLESTA COMPAÑIA PARA ALGUNOS, ACEPTO MIS SORDOS PASOS SOBRE LAS ACERAS ESPERANDO HALLAR CON LA MIRADA GACHA, UNA MONEDA PARA UN CIGARRILLO O UNA PAVA PARA LA CABEZA....RECORDANDO mis últimos días, éstos o tal vez otros, estoy acabado, mis últimos 20 soles arrugados al fondo del único bolsillo y mis ojos leyendo aquello:

VENDO ESTE ÁRBOL

Un viejo y deshojado álamo, tan alto como las puntas de mis dedos cuando me paro de puntillas. Llamo al dueño, 19 soles nada menos, está bien, conserve el cambio, me lo llevo, nada de eso, el árbol es suyo tal y donde lo ve, ni cortarlo ni trasplantarlo, después lo que quiera; oiga me toma el pelo, para nada, adelante, es suyo, vaya, lo espera, ande no sea tímido...

Y ahora qué, hola árbol, déjame darte un abrazo, soy tu nuevo dueño, pagué por ti todo lo que me alumbraba, de modo que habrá que hacer algo, qué tal si me trepo y trato de hacer allá arriba mi cama...te parece?

Bien, como no puedo encaramarme sobre tus ramas, será tu tronco mi almohada y letrina y pizarra, y como tampoco puedes moverte, mi tumba.

Ha sido bueno ser tu dueño, pero tengo que partir,que nunca te derriben ni injerten, como hoja seca me alejo de ti, sin 20 soles ni posibilidad alguna de comprarme otro mejor que tú, adiós...

Y PENSAR QUE FUISTE MÍO, AHORA TE VEO DESDE ESTA COLINA, INSIGNIFICANTE, INMUNE A LA INMENSIDAD DEL MUNDO, DE MI MISERIA...

CAMINO...


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