"-Allá está la Tierra -apuntó Clemens, sonriendo-. Aquel punto luminoso.
-Eso no es la Tierra. Es nuestro sol. Desde aquí no se ve la Tierra.
-Yo puedo verla. Tengo buena memoria.
-No seas tonto. No es lo mismo -dijo Hitchcock bruscamente, algo enojado-. Quiero decir verla de veras. Siempre he sido igual. Cuando estoy en Boston, no existe Nueva York. Cuando estoy en Nueva York, no existe Boston. Cuando no veo a alguien durante todo un día, ese hombre no existe. Cuando lo encuentro en la calle, Dios mío, es como una resurrección. Casi me pongo a bailar. Me alegra tanto verlo... Me acostumbro, sinembargo. Dejo de bailar. Miro solamente. Y cuando el hombre se va, deja de existir, otra vez."
"Siempre pensé que uno muere todos los días, y que los días son como cajones, ¿comprendes? Y no hay que volver atrás, ni levantar la tapa, pues uno muere un par de miles de veces, y deja un montón de cadáveres, todos con una muerte distinta, y con una expresión cada vez peor. En cada uno de esos días hay un yo diferente, alguien a quien no conoces, o no comprendes, o no quieres comprender."
"Todos somos tontos, aunque todos los días de un modo distinto. Pensamos: ya no soy un tonto. He aprendido la lección. Fui un tonto ayer, pero no esta mañana. Y al día siguiente descubrimos, sí, que también ayer éramos unos tontos. Sólo podemos progresar y desarrollarnos si admitimos que no somos perfectos y vivimos de acuerdo con esta verdad."
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