jueves, 16 de mayo de 2013

PEGA EL SALTO EL CHAKAL

¿Debo entender los mecanismos de funcionamiento del proceso de enloquecimiento o solo dejarme llevar? se dijo el Chakal una vez arribado a Ciorán por la mañana, a Pessoa al mediodía, y a la Vía expresa ahora, la noche. La plaga de hojalata disparándose en todas direcciones, el ruido ejecutando su sinfonía final por todas partes, finalmente había logrado vadear las semanas con sus días y noches bien respiradas a este punto desde donde la ruta otra vez se bifurcaba. La poesía reciente descubierta de chilenos ennegrecidos por su melancolía y sobrevivencia lacral, y contundentes en su expresión habían cautivado la resina de su sensibilidad, era todo decidió, todo cuanto cabría en el bolso, de lo contrario el peso de tanto mundo, tanta vida, dificultaría el resto del viaje. 

Fueron los mejores días desde la perspectiva humana, sano, reluciente, sin hojeras y con la satisfacción efímera de un trabajo y serle útil al mundo. Error, ¿a qué mundo?, a nadie, los últimos días había descubierto que el mundo como concepto no existía al margen de lo que uno toma de él o pierde en él; en ese sentido, las interminables horas subido en un microbus o parado en una esquina o dentro de una librería tratando de engañarse y engañar al resto y a sí mismo con el propósito de vender lo que consideraba por naturaleza propiedad común del resto de seres, los libros; harto de pretender interpretar su actual papel a cabalidad, olvidando su naturaleza de zapato para ser guante por decirlo así, por eso este punto crítico, producto del silencio ensordecedor y creador de fantasías de lo más esquizofrénicas, todo eso gestó el plan maestro, que aunque impreciso como la niebla de invierno, una línea a seguir entre la bruma de pensamientos precipitándose y eliminándose entre sí antes de su realización y quiméricas de sumarle raciocinio, un plan que sonaba así:

La confluencia de varios ríos, una cabaña abrigada y ventilada cerca del pozo point/ grabadora para las canciones lamento jolgorio reflexiones poemas y listo, una escopeta boleto para la caza, un sin retorno viaje al nunca jamás... Eso, no había que pensar, solo actuar, era el requisito, cerrar los ojos, apretar los puños y pegar el brinco, pegarle duro al vacío, para siempre...

Ahí va entonces, acá se queda la figura, la silueta del hombre, del gusano del genio o lo que chucha sea!, salta!

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