lunes, 5 de septiembre de 2011

PROSO

No había tenido el gusto hasta hace unos minutos de escribir sobre una canción tan hermosa como "Siempre sufriendo" de los Stones...Ahora lo hago, pero antes me extirpo el corazón como el personaje de "El Lado oscuro del corazón", y lo deposito junto al teclado, un poco a la derecha del mouse, para escribir sin él, solo con mis dedos y mente, sin ataduras ni corazonadas...

Pasan las horas, los días, la gente, sus rostros, una y mil veces tornándose hacia mí como queriendo algo, como no queriendo, como rechazando algo, como increpándome, como esperando algo de mí, algo que tal vez nunca pueda dar, no tanto por mi negativa, sino mas bien por mi innata incapacidad para la acción. Iluso, vago en silencio, lleno mis vacíos con música sorda para algunos. Parto con rumbo a la nada, a la inmensidad de la rabia a causa del estrépito de un portazo depositado en mis narices, por mi parálisis, por mi condición cadavérica.

!Ay la muerte! ya no la deseo, tampoco la espero, creo llevarla dentro, mezclada entre mi médula, y de tanto en tanto, me parece poseer sus dotes, pues cuando mis dedos tocan cualquier superficie, ésta se marchita, se sume en una vorágine de decadencia, de podredumbre...seré yo, serán mis dedos, lo cierto es que ya nada puede sobrevivir muy cerca mío, contamino mortalmente hasta lo más inerte...

Cernida la desgracia sobre mi vida y la gente que la integra, siento acercarme al borde del abismo... desde donde no pienso arrojarme, sino sentarme a pensar, a dejar que el llanto me posea, para reprocharme la vida entera. Mis ojos verán a través de la niebla acuosa, las verdades que priman en mi existencia, verdades que conforman la red de degeneración que me propuse crearme, crearles...y sentiré que bueno, así tuvo que ser, que mi sello en la vida se perderá conforme pasé el tiempo su estática eternidad...y entonces creeré que valió la pena no esforzarme, no hacer nada por nada ni nadie...ya que de otra forma solo me quedarían los remordimientos, la tortura, y todo eso que mantiene vivos a algunos, la ciclomanía...

Dejo de teclear porque a ganarme los frejoles tengo que largar...pero dejo tras de mí, lágrimas ajenas, calcetines sucios, baba impregna en el piso, papeles embadurnados con semen, heces, por todas partes, frustrado, ansioso de no sé qué...a largarme, por Hesse, por Demian, por la continuidad de mi futil vida que tan pronto se me seca...

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