martes, 19 de agosto de 2014

COVA



“La muerte es en teoría, desaparición. En la práctica solo es ausencia, solo eso y nada más, ni menos.”

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Cova acaba de llegar, lo sé incluso antes que llame porque él sabe que lo sé, y siendo así, nunca llama. Por eso yo voy, salgo de casa, dejo todo sea la hora que sea y camino hacia él. Mientras lo hago confirmo mi llanto en el piso atestado de gotas de lágrimas; no sé por qué, quizá por saberme estúpida o loca por hacer esto; y los suspiros ya empiezan a manifestarse como frenéticos hipos, demasiada presión y reacción  para alguien que se supone la última vez lloró re jurando que nunca más, nunca más… ¿nunca más qué tonta?
Por otra parte, desde que dejé de verlo hace un puñado de meses, me volví como que más perceptiva, y pues ciertas inquietudes por instantes parecen serme develadas y resolutas con tal precisión que hasta tengo miedo. No hablo de videncia propiamente, ni de virtud innata, creo que se resume a la influencia de la energía depositada por él en mi ser, en mi receptor de energía, durante el tiempo que compartimos juntos. Es que lo especial de ese hombre o lo que sea creo radica en su capacidad de irradiar cierta luz capaz de trascender cualquier barrera de limitación sensorial; torrentes de fulgor y a veces hasta sendas garrafas de profunda resolución en torno a todo lo que hace, por lo que pues, no siendo de aquellas que dudan en dar un paso o dos deteniéndose a pasarse la vida pensando o dudando, arrojo mis pies a un lado, y camino con el tórax por decirlo así, reptando hacia saberme y sentirme amada por él.
Me esperaba de pie y con la maletita todavía asida por su mano, parecía no importarle en absoluto el tiempo ni el clima que para esas horas era bastante duro. Cuando volvió la mirada y reparó en mí, volví a ver (maldita sea la vida con sus mismas sorpresas y concesiones) volví a ver ese fulgor que me dejaba vulnerable, incapaz de resistirme a todo cuanto viniera de él. Vino, me cogió toda rodeándome con un abrazo del tamaño de un planeta gigante y luego con sus labios y entre palabras golosina, fue concentrando mi atención y amor enteramente hacia él. Otra vez estaba dispuesta a aguantarlo todo, ya nada importaba si estaba con él. Llorábamos ambos mientras emprendíamos el camino a casa. Durante todo el trayecto fue haciendo de mí su esclava astral, absorbiendo en cada beso y apretón de manos, mi libertad de sentirme con opciones, ahora ya no las tenía, él era el camino, él único.


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Volví y hallé todo igual, quizá algo más viejo, pero por lo demás igual. Esta vez la consigna era clara y precisa: llevármela. ¿A dónde, cómo?, ni yo lo sabría aun si tuviera un plan en específico, pero llevármela está en mi cabeza desde siempre, sacarla del agujero que comparte con los de su especie para hacerla capaz de ser parte de mi unidad añorada desde que salí de casa con el propósito de demostrarme a mí y al Concejo de interacción universal, que con otras formas de vida también se puede lograr la armonía a todo nivel, desde el orgánico al espiritual; y podamos de este modo mejorar las relaciones entre los multiversos hasta recuperar el trunco proyecto de nuestros ancestros de alcanzar la plenitud MACROCEREBRAL, y funcionar por fin con todas las formas de existencia como uno solo, una mente unificada y direccionada hacia niveles superiores aún desconocidos por nosotros. Sin embargo antes he de vivir con ella, aprender de su mundo las pequeñas cosas a las que se remite su existencia.
Su cabeza recostada en mi pecho al ritmo de nuestros latidos me obligan a besarla hasta que me aparte con su
mano de su lado al sentirse molestada, acariciada hasta el fastidio. Sonrío entre dientes, suavemente como para no despertarla, y mis dedos se precipitan hacia las pendientes de su cuerpo, trazando estelas de rubor en cada centímetro del magnífico tono canela con que recubre su interior; y entonces otra vez mis labios sobre los suyos en una tormenta de pasión y reiteración sin escarnio de una vocación compartida, yo  para ella, ella para mí.


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Si te vuelvo a hacer prometer no dejarme otra vez, sé que lo harás, y eso para mí aunque me pese decírtelo, ya no tiene importancia, sé que tarde o temprano volverás a partir, por eso quiero que sepas que ésta que te susurra, ésta que besas, hueles y abrazas ya no tiene razón alguna para pedirte no marchar al cabo de unos días, meses o inclusive años de felicidad, ya no, solo quiero hablarte de este modo todo el tiempo posible antes del amanecer inefable y del retorno a tus ideales y planes, que valgan verdades no me importan ya nada. Sé que por esto peco de un egoísmo atroz, pero qué importa si con ello logro consolar anticipadamente mi dolor ante tu partida, qué importa dime tú, amor mío, si mañana despiertas y no estamos juntos; por eso ahora que respiras calmado mientras duermes, me congratulo en demasía decirte estas cosas mientras mis dedos recorren la forma de tus labios y el contorno de tus orejas que me placen verlas y más tocarlas, acercarme a cualquiera de ellas para tratar de oír tus sueños, no imaginarlos, solo oírlos desde el fondo de tu mente. A lo mejor estoy en ellos y logro decirme: tonta, ¿qué haces oyéndome soñada por él? y sonría por la maravilla de saber de tus sueños mediante mis oídos, logrando de este modo construir los míos, es decir, mis sueños, a través digamos que de tus dedos largos y delicados posados sobre mi frente. Oh mi amor, ¿será posible acaso hacer que tus dedos sientan la textura de mis sueños de amor contigo?; y ¿será posible también hacer de estos instantes eternas gravitaciones de imágenes sin forma aleteando en la memoria universal? No me digas nada cuerpo que reposas, que tu respiración me resulte un código indescifrable por favor, no permitas a mis fantasías recrear lo incomprensible, aun cuando sea remotamente posible, como una utopía arrancada de mis más hondos anhelos y puesta en consideración ante tus propias fantasías.

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Probablemente si le dijera a alguien lo que pienso de mi cuñado, se reiría de mí; y no lo culparía pues no tengo intención alguna primero de hacerlo, y segundo, de tratar remotamente que alguien comprenda lo que sucede en el tercer piso de mi casa. De hecho me limitaré a escribirlo, puesto que no hallo mayor libertad para con la recreación de la vida que mediante palabras escritas.
Así pues yo refiero al silencio de la madrugada insomne que me obliga a no desperdiciarlo más entre largas maratones de películas de ciencia ficción o lecturas de novelas de atmósfera en las que no pasa absolutamente nada concreto y todo se reduce a complejas descripciones subjetivas del estado y opulencia de la quietud en torno a un punto de referencia como es la mirada del sujeto relator; y opto por empezar diciendo por ejemplo algo referido al aspecto que adquieren ellos, es decir, mi hermana y él cuando pasada la medianoche asomo la cabeza por la ventana y me atrevo a mirar arriba, aguardando asomen ellos en forma de siluetas vagas que me sugieren espectros de luz, entes luminiscentes que desbordando su quietud se difuminan en todas partes, incluso llegando a colarse por mis ojos hacia mi mente, haciéndome pensar en volar, salir a la fría noche en calzoncillos y sin miedo en busca de tan solo un poco más de esa luz espectral.
Por lo demás mi hermana sigue siendo la misma a pesar de las experiencias nocturnas que alcanzo a presenciar; sin embargo él no, y es que mi cuñado ha dejado de bajar por lo menos a comer; no lo he visto durante semanas. En un inicio me pareció inoportuno echarlo de menos, sobre todo por la relación que tengo desde siempre con ellos. Yo un día me dije nunca más cuando él me arrojó por las escaleras solo por atreverme a llamar a su puerta sin anunciarme antes.
Bueno, digo que ella es la misma porque seguimos hablando por teléfono algunas veces, aunque no sepa como luce a la fecha, lo cierto es que ya no me importa, como tampoco lo hace la necesidad de mí mismo de abandonar el empeño por dejar de echar de menos el sonido real de su voz o el aroma de su presencia; pero en el fondo sé que ya nada es lo mismo, ya nada de ella queda que yo pueda reconocer; quizá debido a ello mi propio abandono personal –ahora vivo como una rata humana, sin la menor consideración por mi aseo y futuro; alimentándome solamente de la basura que arrojan ellos por el conducto de la ropa sucia; hurgando como un cerdo con mis manos desnudas cada centímetro de restos alimenticios que bien sé nunca sabré de dónde provienen-, porque fuera de salir por la ventana cada madrugada a empaparme de aquella luz, paso el tiempo oyendo brutal death y devanando mis sesos con películas sobre gusanos radioactivos perforando la piel humana y bebiendo la sangre de sus víctimas con cañitas de metal por cualquiera de sus agujeros que nunca llego a saber si son sus bocas o anos. En fin, ni frío ni calor, simple contemplación, como el Burroughs del Naked Lunch frente a la lenta degeneración de los zapatos de su amigo cadáver junto a él.

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Alguna vez partieron sin duda, solo pudimos hallar el cráneo helado del hermano de ella sobre una cama sumida en la más completa putrefacción de sus desechos orgánicos. Retiramos cada centímetro de basura con sumo cuidado para no dañar la evidencia. Algunos escépticos prefirieron pensar en el macabro hallazgo como un típico indicio de nuestra sociedad en decadencia, pero nuestro departamento está casi en al 80% de seguros que se trata de intervención extraterrestre de nivel AAA (la más insólita), situación que nos obliga a optar por el suicidio colectivo de todos los miembros adjuntos a este departamento para llevarnos el secreto a la tumba, aunque siendo precisos, a las nubes puesto que nos inmolaremos junto con toda la vivienda exactamente dentro de 03 minutos con 13 segundos, y contando…


lunes, 18 de agosto de 2014

EL DESTINO DE LOS SIN DESTINO


Tratando de comprender cómo es que la vorágine de eventos que le condujeron a estar desesperado por salir, huir, volar de toda su realidad, puso en Youtube la oda de los Blackfoot "Left turn on a red light"; y es que las letras del gran vocalista y poeta Ricky Medlocke versaban precisamente sobre un hombre apunto de abordar el vehículo rumbo a otra vida, en pos de sus sueños de libertad; algo así como:


"Son las nueve en esta antigua estación 
para abordar mi linin plata justo a tiempo 
Y como me compro un billete de ida 
para algún otro lugar en la línea 
Y veo que en la cara 
de un pueblo que nunca será como casa 
Y cuando me miro en el espejo, mamá, 

me veo solo Y ¿alguna vez se detuvo a pensar acerca de las veces que ella puso a su lado Cuando sabías que yo tenía razón.
Y finalmente te das cuenta
Tomaste un giro a la izquierda en un semáforo en rojo
El sol brilla abajo en el desierto
Y parece que mi vida es una neblina y sueño con mi novia de la infancia y la libertad que tuve en esos días cuando vivía todos mis sueños
Siempre será este vagón mi casa solitaria, ¿sí? Bueno no sé donde estoy y realmente no me importa una maldita mierda.
Esta vida loca mía pronto se habrá ido y ¿alguna vez dejarán de preguntarse acerca de las veces que ella dio un paso al costado, cuando todos saben que yo tenía razón, y finalmente se den cuenta.
Giraste a la la izquierda en un semáforo en rojo
Bueno, son las nueve en esta antigua estación
Una vez más mi paseo es justo a tiempo
Y como me compro otro billete
Yo siempre seré un rambler  de bien, de los que más me encanta siempre guardo cuentos. Y si me miro fijamente demasiado tiempo en el espejo, hijo algún día serás demasiado ciego para ver y ahora puedo detenerme preguntándome acerca de los tiempos que ella estuvo de mi lado.
Ahora sé que tenía razón
Y finalmente me doy cuenta de que tomé un giro a la izquierda en un semáforo en rojo"

Malas decisiones, de eso trata la rola, y como vio, él no era la excepción ni mucho menos, por el contrario, probablemente fuera el más idóneo candidato a la estupidez en la toma de decisiones. Aún así las cosas seguían su curso, realidades alternas, y eventuales caídas del ánimo hasta fondo, desde donde a veces parecías ya no poder levantarte más. Pero al final siempre estarás de pie, cada vez más curtido y fuerte, aunque más desposeído y solo; de eso no hay duda, pues a cada lugar donde irías y a cada persona que fueras conociendo y despidiéndote, serían las últimas; pero como este mundo está lleno de personas, habría para rato de ellas, de modo que seguirías rumbo al sur, el destino eterno de los sin destino.



lunes, 11 de agosto de 2014

PATESTISMO

El patetismo hecho carne, y el hambre voraz siendo dientes en trituración. No tienes ningún aspecto a favor del ánimo, mejor, de todas formas solo Torture Squad viene pronto, tal vez esperarlos como quien aguarda a la lluvia en el desierto sea cuanto deba hacer, retozando, embriagando mi visión, retorciendo mi sentir. Pues al cabo de un puñado de años, todo seguirá igual, exactamente como ahora, de manera que hacer poco o muchop, no tiene caso, seguirá siendo lo mismo: no hacer gran cosa.