Cuánto más puedo dar, tal vez ya
no mucho, solo respirar y tratar de moverme un poco antes de la petrificación.
Está todo hecho Mr. Zetro, lo acepto, todo Mr. Holt, todo Mr. Loriga, Mr.
Gutierrez, no dejaron nada para los perros hambrientos, ahora hemos de hurgar
en la basura o comernos a nosotros mismos, da igual.
Días de sombra o soleados pero
opacados por la neblina de tus ojos trata de oírme tú que todo lo oyes, que
todo lo ves, trata además, y si te es posible, y no muy incómodo, de soltar el
dardo directo a mi cabeza, no ves que ando dando tumbos entre muro y muro como
una vil musaraña que lucha por llegar a la esquina. Cuánta vileza y
degeneración he tenido que fabricar y tejer para cubrirme con este capote del
frío de la indiferencia, huyendo o afrontando a la nada, a esa nada llena de
posibilidades que jamás serán nuestras; para qué, para estar ahora de pie,
oyendo probablemente por última vez aquella vieja rola de los setentas, época
en la que nos volamos la cabeza durante la farra por el lanzamiento del disco
de la banda con los Blackfoot, todavía recuerdas a Rick pronunciando aquel
discurso de seguir, de buscar y luego bum! Se acabó todo, hasta ahora que
también está por suceder algo parecido, solo que sin Rick ni banda ni nada,
pura rata y perro flaco, basura y callejones infestados de droga de a luka y cadáveres
sentados sobre ladrillos, en medio de bolsas, amenazados con ser echados por el
serenazgo, por la policía ignorante, por la gente hipócrita, por el mundo
decadente. Está bien, aceptémoslo, es todo, para qué más. Hay que seguir la
ruta del tren que ya se nos va, a colgarnos de él, a lanzarnos al vacío o
desaparecer!!!
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