domingo, 6 de junio de 2010

¿Y AHORA?

¿Tardé demasiado en volver a escribir algo verdad?, creo que sí, por que ya no queda nadie. Para qué me engaño, nunca hubo nadie, pero imaginé que sí y eso me mantiene vivo, por lo que vuelvo al ataque.
Hace meses instauré un círculo literario con la finalidad básica de estimular el trabajo literario de los adeptos y miren con lo que me hallé, como si fuera novedad por cierto:
-Todos tenían la razón, es decir, no sé por qué carajos de pronto conversábamos de temas como la existencia o dios; si se suponía que solo compartiríamos nuestros trabajos.
-Todos eran importantes e indispensables; a nadie le importaba una mierda el círculo en sí, sino solo su beneficio personal o su etiqueta y porquerías como su reputación.
-Todos eran mejores que todos; así que no había razón para continuar, por eso dejé de asistir, y como es lógico, para cuando yo decidí hacerlo ya todos habían desertado.
Pongo en consideración mía estos problemitas para nunca olvidar que estamos plagados de gente mierda, incluyéndome tal vez, por eso vuelvo a cerrar mi burbuja y a hablar de lo que me interesa mucho ene stos días:
Recientemente leí un compendio de los cuentos que apasionaron a Ernesto Sabato, entre ellos encontré uno que me hace decir algo; se trata de LAS NOCHES BLANCAS de Fedor Dostoievski; una apasionante novela corta en la que el autor encarna a un joven que vive encerrado en una burbuja, y que de pronto alguien irrumpe su aparente paz, una mujer faltaba más, y bueno éste se ve obligado -no sé si por voluntad o por que así realmente sucedió- a hablarle, comunicarle sus sentimientos, que de pronto pensó se trataba de amor, "qué linda la literatura no?" y nada, le dice algo que me dejó perplejo, no usaré las palabras del maestro ruso, pero mas o menos decía así: "Con cada mujer que conosco imagino novelas enteras"; al leer esto comprendí que todo lo que se vive no es más que una vil repetición de sucesos ya vividos, y por eso decidí que no servía seguir escribiendo historias que solo yo creía originales hasta que las hallaba impresas en libros de todas partes del mundo, incluso siglos antes; por eso dejé de escribir.....
Ahora integro un club extraño, todos nos sentamos en círculos y nos contamos nuestros problemas, yo asisto a estos grupos, que dicen son terapéuticos, para compartir mis historias, haciéndoles creer, a ellos y amí mismo, que son reales, o sea, de este mundo, que suceden en este planeta; y bueno , me va bien , hasta me aconsejan , se comprometen con mis personajes y discuten sus psicopatías y obsesiones, es genial, y lo mejor de todo es que tengo un público selecto que se queda anodadado cuando les hablo-a veces les leo, pero ya no desde que dijeron que era mejor no usar papeles, por eso memorizo mis historias- estos tíos son de lo mejor, algunos babean, otros gritan ,otros lloran, pero lo mejor de todo es que consideran que mis historias son originales, y e sque ellos nunca se preocuparían por contrastar mis historias, ya que las asumen reales.
En fin, este grupo me gusta, seguiré asistiendo hasta que descubran que soy un escritor y que los uso de estimulantes; por ahora les narro la historia de un tío que se cree escritor por tener un blog.

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