viernes, 11 de junio de 2010

ES PARA TI, PERO YA NO


Mentiría si digo que la cordialidad, la simpatía, lo cortés o cual fuere otro sinónimo, que abunda en el vetusto diccionario que tengo en mi empolvada biblioteca, me define; miento si afirmo que me fascina tener a mi lado a esa estirpe de extraña gente que te husmea el culo torciendo el hocico con falsa apariencia de buen individuo para lanzarte alguna murmuración o vaya ser que yo esté equivocada, tal vez estén invirtiendo mi suposición. Sería que a esta estirpe la cordialidad ante mí no les nace, y en este caso yo terminaría pateando sus culos.  

No deseo prostituir mi ¿qué sería? llamémosle: podrida y fétida amistad, les confieso que estoy defecando risas… ni al diablo le interesaría mi posición, esa facilidad con que expulso las heces de mi cabeza, no me interesa saber cuántos calificativos me lancen con respecto a uno u otro punto personal quien en este momento se encuentre leyéndome y diga ¡qué es esto! y yo, créanme no les serviría de nada. Basta con devanarme los sesos revueltos y saber que los errores nos tienen en sus manos, por ahí desde un repugnante rincón aquella supuesta verdad, observa, lo sé pero ese es otro asunto.  

En esta escurrida tarde me veo adormecida y no me dispongo a decorar textos, o quizás sí uhmmmm, qué más da, sólo los expulso a mi antojo tras inspirarme al verme atacada por la lluvia en esta fría tarde de sábado.
Estoy dejando fluir mi torpe estado de querer escribir algo en este detestable tiempo (sobre algo que hable de aquel dolor, de cómo caracterizarlo; vaya que es tan difícil) No sé qué decirte -querido lector- me tengo cogida del cuello, me retuerzo ferozmente, apenas puedo pensar… ya deberías haber acabado conmigo, se me hace tortuoso el instante, eterno, ¿no lo ves?, dejo de respirar mas aún no puedo visualizarte, ¿eres intensamente infatigable no?, sacudes con harta furia mi impaciencia, dejo asquerosos surcos verbales a tus restos humanos, se me desparraman, palabras y más palabras mías querrás leer para ti. Imposible, acabé contigo…y conmigo.


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