jueves, 6 de noviembre de 2008

Contra el muro

Cuando la imaginaba desnuda; me sentía nervioso, ( incluso imaginándola, qué patético). Sus enormes pechos me extasiaban, su rostro era afilado,con unos labios provocadores, ojos coquetos, siii, jaja, sentía que me decían: ven cómeme, soy tuya, sólo tómame, acá estoy; delgadas piernas, pero nalgas respetables, era de hecho que resguardaban a una gran mazmorra rosácea y frondosa, qué delicia hubiera sido introducirme por entre ellas...
Acomplejada al igual que todos en el mundo,claro que no con la agresividad que a mi me domina; sino con la petulancia al extremo, caminaba ella, con la mirada al cielo, pisando huevos, desprendiendo fragancias eróticas y sintiéndose mucho más que cualquiera, incluso que ella misma, y cómo es eso me pregunté, simple, doble personalidad causada por un grupete de estúpidos que se burlaban de ella, haciéndole pensar que podía ser superior; pero qué defecada; ni siquiera estaba dentro del parámetro normal de inteligencia, y cómo sabes eso tú; observación mi amigo, a ti también te estoy viendo, y continúas en el fango.
Bueno, estuve a punto de hacerla cabalgar en mi Ponny, pero la sed ganó, empiezo a pensar: "como siempre", la herí en el cimiento de sus complejos; su ego, si señores, basura pateada a su rostro, mierda en su asiento, chacales en su cena; me odió en adelante, me obsesioné por mi lado, masturbación, puños cerrados contra el muro, noches sudorosas, modorras incontrolables, y al final, éxtasis al verla, pero ya no más; acabé deduciendo que esto no va más allá de lo que alcanza mi chorro seminal. Sepultada en el el residuo sentimental de mis heces pútridas, ahí en el fondo del mar infecto.

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